jueves, 19 de septiembre de 2013

Etéreo.



   Continué caminando de un lado a otro de la habitación, observando el techo y cuestionándome qué sería superior a él, a nosotros, a todo. Fijé mi campo de visión en aquella mosca que revoloteaba cerca de la ventana, buscando una salida. De repente, me sentí como ella.

  Desde nuestro punto de vista somos seres gigantescos e imprescindibles para que la Tierra siga girando sobre su eje. No nos queremos percatar de que algún día, llegará una mano mayor que nosotros y, con su fuerza sobrenatural, nos arrastrará al oscuro y mortífero eterno silencio. Que éramos nosotros los que girábamos para la Tierra, y no nos habíamos dado cuenta.

  Nuestra vida es tan pequeña, corta e insignificante que apenas suele merecer la mitad de las veces recordarla. Espera, no: quizás no todos descubramos importantes hallazgos que también se condenarán al vacío más absoluto al final; pero en algún mínimo instante de nuestra vida haremos algo, tal como sacar una sonrisa a alguien en un mal momento, que merecerá la pena. Por ello, siempre nos llorarán en nuestra última hora.

  Yo digo, sí, es terrible eso de que esta hermosa historia interminable tenga un último punto y que no siempre finaliza en el momento más acertado; pero, ¿qué más da? Una vez que partamos, nuestra lividez hará que el viaje sea menos pesado. No tendremos que volver a sufrir, ni llorar, ni preocuparnos de nada; tampoco seremos conscientes de lo que nos estamos perdiendo.

  Pero... ¿Y quedarte aquí, viendo cómo se evapora a Quién Sabe Dónde el alma, la inteligencia, la conciencia... De alguien que significaba algo para ti? ¿Cómo volver a encarar una vida en la que falta algo? Un puzzle nunca está terminado si se pierde una pieza, por muy vieja y descascarillada que estuviera.

  Sin embargo, ese puzzle empieza a formarse por otra parte. Al final, el dolor va cicatrizando y emerge una línea desigual sobre nuestra alma, tan débil que puede que un simple roce la reabra. Pero continuamos.

  El recuerdo de esa persona comienza a emborronarse: su voz se escucha como un sonido lejano, su cara es un cuadro que alguna vez colgaste en tu pared. Mas el dolor de su pérdida sigue ahí, casi palpable; aunque trates de fingir lo contrario.

  Todos estamos condenados a ser etéreas sombras en el recuerdo de alguien que también se volverá otra pieza etérea de este complejo puzzle llamado comúnmente "vida".

  ¿Para qué estamos aquí, pues? Bueno, sabe bien estar vivo y reír, a veces.

  La vida es un tren tan fugaz que es menester, cojas con ahínco; puesto que nunca sabes en qué momento llega tu parada. Es un viaje con billete de ida sin retorno al inicio de la travesía.










  Espero que os haya gustado, emocionado, hecho reflexionar; o simplemente que lo hayáis leído entero. Ayer por la noche murió una chica de mi edad que, si bien no era mi amiga, sí lo era de mi mejor amiga. Su muerte no me ha dejado tan deshecha como a ella, pero sí que pensaré y temblaré al recordar su cara por aún bastante tiempo.

  Descansa en paz, rubia.

7 comentarios:

  1. Lo siento mucho, Julia... La muerte siempre suele ser terrible si se trata de alguien a quien conoces, a quien quieres o simplemente con quien hayas cruzado palabras o risas alguna vez. El relato es precioso,y me lo esperaba porque eres genial, como persona y escritora. Un besito muy grande y animo lindaa!!!

    ResponderEliminar
  2. A veces también pienso en esto, pero hay algo que me anima.
    Uno muere cuando es olvidado. Así que solo espero no ser olvidada, aunque sea improbable. Sí que me has hecho reflexionar, me ha encantado ^^
    Besos, Amanda.

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado tu manera de reflexionar con ese sentimiento. La perdida de alguien es terrible pero siempre queda una sonrisa suya o una frase pronunciada en nuestra cabeza.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. ¡Hola!

    Me ha encantado este relato y, la verdad es que yo suelo reflexionar mucho sobre este tema con mi mejor amiga.

    ¡Muchos besos!

    PD: tienes un premio en mi blog, pásate :) http://mimundomaxine.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  5. Hola, siento la pérdida de ésta chica, os acompaño en el sentimiento.
    Me ha gustado mucho esta reflexión y justamente el otro día en clase estuvimos hablando de esto, ¿para qué estamos aquí?
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  6. Hola, siento la pérdida de ésta chica, os acompaño en el sentimiento.
    Me ha gustado mucho esta reflexión y justamente el otro día en clase estuvimos hablando de esto, ¿para qué estamos aquí?
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  7. Siento la pérdida de esa chica.. La muerte es algo inevitable, pero mientras tanto habrá que aprovechar la oportunidad que se nos ha dado para vivir y experimentar sentimientos y tantas cosas que nos forman como persona.. Hay que aprovechar ahora, antes de que nos arrepintamos..

    ResponderEliminar