miércoles, 5 de diciembre de 2012

Capítulo 13: ¿Quién es Gaelle Milner?


Buenas tardes a todos y feliz #Miernes JAJAJA (si no tenéis puente, ups, excuse me:$). Bueno, por fin me decidí a escribir y publicar el capítulo 12+1 (13, si no sois supersticiosos) Y AQUÍ ESTÁ *Aplausos*. Vale, siendo sinceros tampoco es pa' tanto, y sé que la foto es una caquita, pero ha sido lo mejor que he podido hacer; en fin, espero que le guste a quien quiera que sea que se moleste en leerlo :( Dejando a un lado mis melodramas, ¡PASAD UN BUEN DÍA! Muacccccck

-Si tenemos un barril con un volumen de 20 dm cúbicos de agua, a presión constante de una atmósfera y…
Mientras Aggie O’Connell, la eterna profesora de Física y Química del Internado Brotherhood escribía el problema en la pizarra, la clase se dedicaba a cualquier cosa menos que a copiarlo en sus libretas: algunos, como Keegan, dormían; otros se mandaban notitas, otros jugaban a Angry Birds en el móvil y otros, simplemente, miraban al infinito dejando pasar la hora.
Bueno, quizás hubiese alguien haciendo algo un poco distinto. Jay y Kathleen estaban pensando en todo lo que habían descubierto la tarde anterior, y Abby se dedicaba a mirarles atentamente desde la parte trasera de la clase.
-Sissie- llamó de repente a su compañera de mesa.
-¿Qué pasa?- Sissie se sobresaltó. Había estado muy enfrascada en dibujar ‘Keegan y Sissie’ y un montón de corazoncitos alrededor en la última hoja del cuaderno.
-Necesito- le contestó al tiempo que garabateaba algo en un trozo de papel- que le mandes este nota a Jay.
-¿Y por qué no se la mandas tú? Está dos mesas a la derecha de aquí.
-Porque…
No le hizo falta terminar la frase, sólo un leve gesto de inclinación, indicándole que la pelirroja estaba echándoles el ojo.
-AHHHHHHH, VALE VALE, no hay problema, dame la notita- le guiñó un ojo, y se encontraba girándose hacia su derecha cuando…
-SEÑORITA TANNER, SALGA A LA PIZARRA, POR FAVOR.
La cara de Sissie se empalideció en cuestión de segundos. Se levantó, no obstante, decidida y con paso firme hacia la pizarra, dejando a Kath con la nota en la mano, nerviosa porque no tenía plan B.
Se giró, y vio a Abby lanzándole una maliciosa mirada. Vale, no era la mejor opción arriesgarse, no si quería mantener el cuello en su sitio. Y no era por los ataques celosos de Abigail, o por que le montara un escándalo; era porque sospechaba que su nueva táctica contra ella era contarle a su padrastro, don Plassmeyer, hasta cuando Kathleen pestañeaba.
Mientras tanto, Sissie seguía en la pizarra escribiendo fórmulas a diestro y siniestro, intentando dar con la adecuada.
-Cecilia, ¿sabe usted dónde está Lourdes?
-¿En… Francia?- respondió, tímida. ¿Aquello qué era, Física y Química o Geografía?
-Pues ahí tendrá que ir usted a hacer peregrinación si quiere aprobar mi asignatura.
-No… no… Espérese, Miss O’Connell, que ya me he acordado.
Sissie buscó la mirada de Vanessa entre la multitud, y ésta le respondió moviendo la cabeza afirmativamente. ¿Qué planeaban estas dos?, pensó Kath. Lo descubrió al ver a Vanessa sacar su móvil y, conforme ella iba escribiendo, lo hacía Sissie. ¡Claro, una idea genial!
Kathleen sacó también su móvil, tecleó rápidamente el contenido de la nota, y le envió aquel mensaje por WhatsApp a Jay. Éste, pocos segundos después, sintió vibrar algo en su pantalón y buscó su teléfono móvil. Se sorprendió al leer de quien era el mensaje, y miró hacia donde estaba sentada.
Kathleen: Cuando termine la clase, no vamos a ir a comer. Dile a Callum y Keegan que te encuentras enfermo, pero te vas a la salida. Yo llegaré después. Es importante, tenemos que aclarar muchas cosas sobre lo de ayer.

Jay la miró y le asintió.
Mientras tanto, y por desgracia para Sissie, el truco del teléfono les estaba saliendo igual de mal que a Babi y Pallina en 3 Metros sobre el Cielo*.
-Mmmm… A ver…- doña Aggie se acercó- Me sorprende, Cecilia, está bastante bien planteado. Dígame, ¿lo ha averiguado usted solita o ese teléfono móvil que guarda en la manga ha tenido algo que ver en su inspiración divina? Démelo.
Sissie le devolvió el móvil, y corrió a sentarse en su sitio.
-A ver…- se ajustó las gafas y miró la pantalla-… ¿Vanessa? ¿Señorita Cartwright? ¡No me esperaría esto de usted! Entrégueme también su teléfono- movió la mano en signo de premura.
Vanessa se dirigió cabizbaja hasta la parte delantera donde estaba la profesora, y le entregó lo que ésta le pedía.
-Ambos confiscados hasta el fin de semana cuando vengan sus padres. Y un cero para cada una. Agradezcan que no las expulso por esto.
Sonó la campana, y todos salieron corriendo, a excepción de Sissie, a la que paró Kath.
-Sissie… Necesito un pequeño-gran favor.
-Dime, pequeño saltamontes.
-Me sorprende que hasta cuando te echan la bronca sigas estando de buen humor para bromear.
-Bah, es la O’Connell, me habría deprimido si me hubiese regañado el bombón del profesor de Francés. Pero, venga, ¿qué te ocurre?
-En la cafetería, asegúrate que la pelmaza de la prefecta no salga en ningún momento, invéntate alguna escusa.
-Uhhhh… No hay problema. ¿A dónde vas?
-Jay y yo…
-¡OOOOOOOOH, OS VAIS A FUGAR!- comenzó a saltar otra vez, signo de que se emocionaba- ¿Vais a hacer Jaycitos y Kathleencitas, o preferís casaros primero? Me pido el papel de madrina…
-Sissie- Kath la detuvo- deja de montarte películas. Tenemos muchas cosas que resolver. Si Ida pregunta por mí, dile que…
-Muy fácil: le diré que estás en la habitación estudiando. Es algo que todo el mundo se creería de ti.
-Así me gusta. Venga, adiós.
Se dieron un abrazo.
-Adiós, pequeño pony.
-¿Te pasa hoy algo con los pequeños animales?- le gritó entre risas, mientras cada una se dirigía hacia un lado del pasillo.
Por fin Kathleen llegó a la puerta. Allí, escondido tras un arbusto la esperaba Jay.
-Venga, dime, Ojos Verdes, ¿adónde planeas llevarme?
-Sígueme- le dijo muy seria, mientras se encaminaba hacia el bosque.
El extraño descubrimiento que habían hecho el día anterior se hallaba también en la hoja donde aparecían los sonrientes Gill y Cedric: justo arriba, venía una foto de cada profesor que impartía clases ese año. Una, que era además la Jefa de Estudios, se llamaba Gaelle Milner. Vale, el nombre no era ningún misterio. Lo espeluznante era que era exactamente igual que Margaret.
-Kathy… No creo que en la cabaña haya nada que nos dé siquiera una pista de quién era esa mujer- le dijo Jay, que iba tras de ella.
-Quizás sea ella la que nos dejaba las pistas en la cabaña, piénsalo.
-¿Quién, Margaret?
-No sé, quien sea… No estoy segura de que sea Margaret… Si ella tiene ahora como unos treinta y tres, hace treinta años tendría tres. Además, la mujer de la foto parecía más mayor que nuestra dulce bibliotecaria.
-Sí, ya, yo he formulado las siguientes hipótesis: que Margaret sea inmortal y no haya envejecido desde entonces, que tenga una hermana gemela perdida por ahí, que haya venido del pasado al futuro mediante una máquina del tiempo como la de Regreso al Futuro, o que se ha sometido a una súper operación quirúrgica y se mantiene igual desde hace treinta años.
-No sé cuál es más rocambolesca, irreal o ridícula.
-Bueno, bueno, pues te dejo a ti que piensas, Doña Perfecta.
-Jay- le dedicó una mirada de concilia- es sólo una broma. Aunque reconoce que con lo del coche-máquina del tiempo y la perfecta operación quirúrgica te has lucido.
-Vale, la verdad que era un poco ridículo, pero teniendo en cuenta lo poco normales que somos tú y yo… Cada día estoy más convencido en que lo imposible, pasa.
-¿Lo imposible como qué, tener poderes especiales?
-No… Como enamorarme de una histérica perfeccionista.
Kath se paró en seco. Lo miró. Por fin lo había dicho, sin ponerse nervioso, sin cortarse y, sobretodo, sin que viniera del todo a cuento. Pensaba que iba siendo hora de ser sincero.
-Jay no estarás…
-Sí, Kathleen, estoy enamorado de ti.
-Pero, Jay…- empezó a hacer mucho frío, señal de que esta vez, la que estaba nerviosa era Kathleen. De hecho, el rubor empezó a aparecer en sus mejillas, y decía palabras sueltas, indecisa- Si ni siquiera nos hemos rozado… No puedes saber eso… Y… Nunca podríamos… No…
-Me da igual no haber podido acercarme nunca a ti, aunque también quisiera. No te he dicho que me gustes, lo cual es algo más físico, te he dicho que estoy enamorado de ti. Estoy enamorado de tu sonrisa, de tus perfectas facciones, de tu voz, de tu encanto, de tu ingravidez al caminar, de tu inteligencia, de tu dulzura y de tu determinación. No necesito tocarte para descubrir esas cosas.
-Ya pero…
-No te he pedido salir, sé que sería imposible. ¿Vamos?
Tomó la delantera. Kath lo siguió, muy nerviosa. ¿Debería haberle respondido “yo también”?
Llegaron a la cabaña y entraron. Ambos se quedaron tan fríos como una piedra.
-Jay… ¿qué ha pasado aquí?
Jay estaba igual de anonadado que ella: todas las cosas que había en aquella cabaña, sin excepción, había desaparecido. En su lugar, solo había un libro en el medio, cuyo título era “Misterios y Leyendas del Internado Brotherhood”.
Se acercaron al medio de la habitación, y Jay se agachó a recoger el libro. En ese momento, se oyó un fuerte golpe.
Al volverse, comprobaron aterrorizados que la puerta se había cerrado. Kathleen corrió a abrirla, pero fue en vano: estaban encerrados.
¿Qué era aquello? ¿Quién había dejado allí ese libro? ¿Quién los había encerrado? Y… Lo más importante: ¿por qué?
“No me puedo creer aún lo que ha ocurrido. ¡Ha sido ella! Ha venido esta noche, a hablar con nosotros. Nos ha pedido perdón; está arrepentida de todo el daño que nos ha hecho. Ha abandonado la Hermandad, y nos ayudará a escapar.
Al principio, para ser sinceros, he estado un poco recelosa. ‘No te creo’, le he dicho, ‘¿por qué habría de hacerlo?’. Cedric, más ingenuo, me ha intentado tranquilizar, ‘Gill…’ Pero no ha servido de nada.
‘Mírenos, demacrados, medio muertos, hambrientos. Y todo por su culpa y la de todos esos monstruos. ¿Qué podría hacerme creer que de verdad ha cambiado?’
‘Tienes razón, no tenéis ningún motivo para creer mis palabras, por eso he traído la prueba de mi arrepentimiento’. Nos ha mostrado una gran bandeja con panes, carne y fruta, para la cena; y un botiquín con todo lo necesario para curarnos. Nos ha curado las heridas y nos ha dado de cenar. Y he decidido que, por ese gesto, sí puedo creerla.
Nos ha explicado el plan: Él no sabe nada, no puede saber nada. Mañana se marcha de viaje, por un par de días, con los alumnos que se gradúan este año. Aprovecharemos por la noche, para evitar que nos vean. Ella nos abrirá las puertas traseras, que no las conoce casi nadie, y correremos hacia el bosque. Allí hay una cabaña, muy pequeñita, pero lo suficientemente grande como para que pasemos un par de noche. Nos ha guardado comida, mantas y leña para hacer fuego. Solamente podemos estar ahí hasta pasados dos días, cuando llegue la policía a buscarnos. Debemos recoger la cabaña; no se pueden dejar pistas, y correremos hasta un kilómetro después, donde hay una estación de autobuses. Cogeremos un autobús con dirección Liverpool, y allí tomaremos un ferry hacia Belfast. En Belfast nos espera un amigo de Ella, que nos ayudará con el trámite de la nueva identidad. Yo seré Bessie Baker y Cedric será Roy Morris. También nos falsificará los carnés de identidad, de modo que tendremos dieciocho años y podremos casarnos. Nos teñiremos y cortaremos el pelo antes de volver a Inglaterra, para evitar que se nos reconozca. Cuando regresemos a Inglaterra, seremos libres. Cedric dice que iremos a vivir a Edimburgo, como siempre ha sido mi sueño.
¿Será posible que por fin empiecen a ir bien las cosas?
                                                                                              Gill, 25 de febrero de 1982”

*La situación es un guiño a una escena del libro “Tres metros sobre el cielo”, de Federico Moccia. Por eso, los personajes se llaman ‘Babi’ y ‘Pallina’, como en a versión original, y no ‘Katina’ y ‘Babi’, como en la película española.























6 comentarios:

  1. OIN OIN OIN :') Me encanta,estoy deseando descubrir YA DE YA quién es esta mujer y y y SOBRE TODO,Quiero saber toda la historia de Gill y Cedric #HeDicho

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aunque ya te lo he dicho por MD en Twitter, a mí sí me gustan tus comentarios, por muy cutres que te parezcan, significan mucho para mí:3
      ¿Esta mujer? Ya ha aparecido en otros capítulos, y lo hará en el siguiente :D Ya... la historia de Gill y Cedric es que es muuuuuy larga, en el próximo cap dejo otro pedacito para que vayáis averiguando más cosas ^^
      Un besín guapa:)

      Eliminar
  2. Me encanta, tienes mucho talento, chica, y no lo digo por decir, eres realmente buena en esto, te veré en las portadas de los libros pronto! un beso!
    http://macherieladyartiste.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  3. ASDFGHJKLÑ*-* Que me digas tú eso, y si encima lo piensas de verdad es... *MUERO* Me alegra y no sabes cuánto que te haya gustado y creas que algún día "publicaré" un libro de verdad (aunque sea mentira jajajaja) ¡Un beso!;)

    ResponderEliminar
  4. si si..cedric y gill están escondidos y vivos!!

    que interesante se ha puesto..sobre todo con la declaración de Jay.. si Kath, deberías de haberle dicho "yo también"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No lo sé (?)
      ¿Crees que es interesante? Oh, muchísimas gracias, enserio :) Debería habérselo dicho, eh, es que la chica no utiliza la cabeza algunas veces xD ¡Un saludo!

      Eliminar