jueves, 18 de abril de 2013

Capítulo 20: Confesiones.


¡Hola a todos y todas! He tratado de escribir lo más rápidamente posible, porque ya mismo estaré liada con los exámenes y me será imposible publicar algo. Sé que este capítulo es lento y tedioso, pero creo que estas explicaciones las debía ya :) Los siguientes tendrán más acción, prometido. PD: de nuevo, empleo un vídeo en lugar de una foto. Adoro esta canción, y pienso que es una buena descripción de cómo se sienten muchos personajes de esta historia ante sus pérdidas. PD2: si no entendéis algo del capítulo, no os cortéis y preguntad. ¡Muchos besos!
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 Isabelle no existe. Si Isabelle no existía, ¿quién era aquella mujer? Y, sobretodo, ¿qué quería de ellos?
 -¿Va a tener la decencia de explicarnos quién es entonces?- se exasperó Jay, furibundo- ¿O nos va a soltar la bomba para luego abandonar la guerra?
 -Sí, claro- sonrió abiertamente la mujer, mostrando una estela de dientes pulidos y esmaltados-; pero, ¿qué os parece si antes de explicaros quién soy yo os explico quiénes sois vosotros? Nos ahorraríamos mucho trabajo.
 -Como desee.- contestó Kath con desgana.
 Así es que la mujer los condujo hasta la zona retirada de la entrada, donde había apartados para escuchar música y cómodos sillones de terciopelo. Voy a por algo para beber, les había dicho.
 ¿Y si iba y nunca volvía? O, ¿y si traía una metralleta para masacrarlos?
 Kathleen se apegó más a Jay en el tresillo que ambos compartían, y le transmitió su insistente escalofrío. Jay pasó su brazos sobre los hombros de ella y le besó la mejilla.
 -¿Asustada, pequeña?
 -Si estoy contigo, no- se giró hacia él y presionó sus labios contra los suyos. Necesitaba un poco de confianza en las palabras que estaba diciendo.
 El rechinar de unos tacones por el pavimento hizo eco en la sala. Se giraron y vieron a Isabelle caminar hacia ellos, portando una bandeja de plata sobre la que reposaban galletas de chocolate y tazas de porcelana.
 -Espero que os guste el té- comentó, mientras tomaba asiento enfrente de ambos.
 Kathleen cogió su taza y le dio un fuerte sorbo. Se quemó la punta de la lengua.
 -Veréis, queridos, hace miles y miles de años, tantos que el tiempo se mezcla con los sueños y no conseguimos distinguir lo que es realidad de fantasía, el ser humano era perfecto. No concebían el pecado, en ninguna de sus formas. Hasta que Eva tomó la manzana del jardín de Edén, ¿no? Bueno, en realidad esa historia bíblica es sólo una metáfora. Aunque tan cierto como que hay infierno, que el hombre y la mujer ya no eran perfectos. Y erraban, demasiado. Incluso en las relaciones amorosas, donde se suponía que no había cabida para el pecado- Isabelle tomó un cigarrillo y lo encendió. Le dio una fuerte calada y siguió hablando, relatando su historia como si de una cuentacuentos se tratara-; es por eso que, de repente, un hombre y una mujer evolucionaron hasta un nivel superior: ellos amarían sin condiciones, sin ataduras. Ése hombre y esa mujer fueron, de alguna forma, el mejor engendro de la naturaleza. Al principio, tampoco es que fueran seres especialmente significativos; pero el paso de los años hizo que, no me preguntéis por qué, crecieran hasta convertirse en seres, digamos "mágicos"- y gesticuló en el aire, entrecomillando mucho el mágicos-; poseían poderes, y eran casi inmortales. Después de ellos, vinieron otros sustitutos, y luego otros, y otros y otros. La naturaleza los utilizaba, de alguna forma, daba la impresión de que esa pareja era una especie de sistema regulador de la paz y el amor.
 Kathleen la escuchaba atentamente, observando cada uno de los minúsculos detalles de su rostro. Aquel lunar debajo del ojo izquierdo, apenas perceptible; su sonrisa prieta a la vez que apagada; y el particular brillo de sus ojos: no sabía interpretar si le transmitía paz o inquietud; felicidad o tristeza.
 Isabelle dio otra calada y expulsó una bocanada de humo, con extraña forma ovalada cuando salió de sus labios. Prosiguió con su pausado relatar:
 -Sus características, por tanto, era que se enamoraban perdidamente desde el mismo instante en que se tocaban, y ya no había fuerza humana o espiritual que lograra separarlos. Incluso, morían juntos. Nacer, no. Ambos eran fruto del amor divino de un matrimonio normal; sin embargo, la primera vez que abrían los ojos, justo después de nacer, invadían al primero que los mirara, transmitiéndole tal paz y felicidad que quien fuera que los mirara no podía permanecer aquí: debía irse a una dimensión superior, donde no quedara lugar para el sufrimiento y la amargura- aquellas palabras sonaban como música; eran una forma muy poética de expresar lo que significaba la muerte-. Se esfumaban así, sin más, y, usualmente, esas personas "normales" que fueran las primeras en mirar a las criaturas a los ojos, eran su familia. Por ello, las criaturas crecían huérfanas. Con el paso de los siglos, su función vital como elementos reguladores del karma, les estaba tan presente, que sentían la necesidad de encontrar a la otra persona, incluso antes de tocarse o conocerse al menos. Por ello, heredaban otro nuevo don: el de recordar la vida de la pareja. El destino sería el que se encargaría de unirlos, de cualquier forma.
 Jay apretó la mano de Kath, quien no quitaba ojo a la mujer, admirada. Él estaba un poco más receloso; seguían sin saber la verdadera identidad de la señora y, encima, ahora se cuestionaba la suya. Pero tampoco sabía con exactitud qué quería preguntar, puesto que las palabras no llegaban.
 -Esta pareja no podía dejar de existir, jamás. Por ello, debían permanecer ambos vivos, hasta que nacieran sus herederos. De esta forma, algunas parejas vivieron siglos y siglos; tenían otro nuevo don, el de la sangre de vida. Lo cual, entre otras cosas significaba, que no eran inmortales pero se aproximaban a serlo. De nuevo, la codicia humana observó las cualidades de las criaturas, y descubrieron que, si un ser ordinario, bebía de la sangre de estas personas, viviría eternamente. Por ello, empezaron a nacer sectas y hermandades de Hombres Malos, cuyos únicos propósitos eran utilizar a las criaturas para su propio beneficio. Eso llevó a que las criaturas desarrollaran otra peculiaridad: podrían recordar las vidas de sus precedesores, de esa forma quedarían advertidos sobre el peligro que suponían ciertas personas para ellos. Y, también, sus poderes se magnificaron, con intención de protegerlos. Todo fue inútil, el ser humano es maravilloso en la tarea de herir y explotar los dones de los demás. Así que, como no podían separarlos a ambos una vez que se hubieran tocado, estaban atentos y cuando sabían que los sucesores nacían, los secuestraban y los criaban por separado. Lo malo, es que las criaturas se marchitaban si no estaban juntas, aunque nunca terminaran de morir hasta que no hubieran nacido los siguientes; de manera que su sangre, plagada de sentimientos de tristeza y aflicción, sólo les proporcionaba un aumento de vida, quizás unos diez o veinte años más que a la media. Claro, como los hombres codiciosos no se conformaban con ello, trataron de idear otro plan: presentarían a la pareja, pero no permitirían que se tocaran, de esta forma serían felices pero podrían separarlos si en cierto momento la cosa se les iba de las manos. Estuvo a punto de funcionar.
 -¿Qué poderes poseían las criaturas?- se interesó Jay. No quería, pero necesitaba saber la respuesta, porque se temía lo que iba a oír.
 La señora sonrió abiertamente y respondió.
 -Veréis, la pareja en cuestión representa también la atracción entre los polos opuestos; el magnetismo con el que nos aferramos a algo completamente distinto a nosotros. La pareja es como el día y la noche, como el blanco y el negro, como el agua y el fuego. Sus poderes repercutirán sobre los elementos. La mujer, casi siempre, podrá moldear, congelar y hervir el agua, crear tormentas y secar lagos. Mientras que el hombre será capaz de producir elevadísimas temperaturas, fuego y calor. Por ello, se les llama los Hijos de Agua y Fuego- se aclaró la garganta, antes de decirle lo que ellos empezaban a pensar (pero querían negar) que sucedía-: Hasta ahora, ha habido cien Hijos de Agua y Fuego. La táctica de presentarlos sin dejarles que se toquen se le ocurrió a Warwick Oscar Plassmeyer, quien imagino que conoceréis. La pusieron en práctica con los nonagésimo novenos Hijos, Gill y Cedric. Y, supongo que esto es obvio ya, pero los centésimos Hijos de Agua y Fuego sois vosotros, Kathleen y Jay.
 Cuando finalizó, el pulso le temblaba y una cortina brillante de sudor amenazaba con estropear su diminuto y arrugado rostro.
 -Bueno, eso explica por qué hago llorar al cielo cuando derramo lágrimas. Y por qué mis padres no están- rompió el incómodo silencio Kath, con un deje de dolor en su voz, asimilando todo lo que acababa de oír-. También, podría dar identidad a Margaret: es Gaelle Milner, de ahí su parecido. Bebió la sangre de Gill y Cedric y por eso se mantiene joven.
 Jay, cuyas mejillas habían empezado a tornarse rojo brillante, la calló:
 -Y también explica por qué estamos enamorados- su tono era sarcástico, pero sobretodo, herido-, ¿no lo ves, Kathy? Según esta señora, somos una aberración con una finalidad práctica para el resto del mundo. ¿Me está diciendo, sólo que el amor no existiría de no ser por mí y por ella?
 -El amor no existe de ninguna manera, Jay- le respondió la mujer con sosiego.
 -No, entonces, si el amor no existe, ¿de dónde venimos todos?- la retó.
 La señora se pasó los dedos por su vestido oscuro, puliendo algunas arrugas, y lo miró, desafiante. Parecía empezar a disfrutar de la conversación.
 -Por favor, Jay- su tono era, si cabía, más irónico que el del muchacho-, te tomaba por un chico inteligente, pragmático incluso. ¿De verdad te crees toda esa cursilería sentimental y bazofia prefabricada que nos venden los libros de Jane Austen y las películas americanas? Já. El amor es un cuento de hadas, pura fantasía- se levantó y caminó hacia ellos, acortando distancias e inundándoles con su olor a tabaco rancio-. ¿O, en serio por un segundo has pensado que alguien se preocupa por alguien? Sólo existen dos amores sinceros: el de una madre hacia sus hijos, y el de vosotros dos que, como podréis comprobar, es más algo predestinado que otra cosa. A nadie le importas, espabila.
 Jay la miraba, furioso como nunca antes. Un calor desconocido le ahogaba el pecho, y luchaba por salir de su garganta, donde se había quedado atascado en forma de punzante y agudo dolor.
 -Sólo importan el yo y el ahora. ¿Aún no has visto la cantidad de monstruos que hay por ahí fuera?- alzó la voz y un brillo distinto surgió en sus ojos; casi, sí, como lágrimas luchando por salir-. Te lo digo porque yo he sido uno de esos monstruos; yo quise hacerles daño a Gill y a Cedric, y si no os lo quiero hacer a vosotros supongo que será por cuestiones de genética. Porque lo cierto es que estoy más corrompida que un cadáver en estado de descomposición.
 -Cuéntenoslo de una vez, Isabelle- de repente, Kath volvió a hablar, haciéndose con la atención de la sala. Se giró hacia la mujer y la enfrentó, cara a cara. Sus verdes e inocentes ojos clamaban explicaciones que no llegaban-: ¿Quién es usted en todo esto?
 -Yo... Bueno, algo que quiero aclarar porque soy muy tiquismiquis: no sé quién será la Margaret a la que te has referido, pero te puedo asegurar que te equivocas en cuanto a su identidad. Gaelle Milner soy yo.
 Como llegado del cielo, daba la sensación de que un jarro de agua fría se había derramado sobre ellos, haciéndoles despertar de su letargo. La sonrisa pequeña y fina, coloreada de carmín. Los ojos observadores, grisáceos. La baja estatura. Ella había estado ahí, en la sombra todo ese tiempo, y ellos ni se lo habían percatado.
 -Usted era la jefa de estudios cuando Gill y Cedric eran alumnos del Brotherhood. Después, desapareció- recordó Jay.
 La mujer asintió, quizás demasiado cansada ya, y bajó su mirada hacia sus uñas de brillante rojo sangre. Finalmente se decidió a encararles, mientras contestaba a todas esas preguntas sin voz que inundaban el espacio entre ellos. Se enjugó una tímida lágrima y comenzó:
 -Cuando oí hablar de los Hijos de Agua y Fuego por primera vez, yo tenía dieciocho años. Mi hermano mellizo, Warwick, estaba iniciándose en una de las muchas Hermandades que había por Reino Unido. A cambio de esconder su secreto, le hice prometer que me introduciría en todo ese mundo. Perdonadme, pero a los dieciocho años, la idea de una vida eterna resulta jugosamente tentadora.
 Encendió otro cigarrillo y le dio una profunda calada. Sus ojos estaban velados por los recuerdos de antaño.
 -Lo que yo no sabía sería el sufrimiento que me supondría la entrada, con duras peleas e incluso teniendo que asesinar a traidores de la Hermandad a cambio de demostrarles mi lealtad. Y, lo curioso, es que cuantos más traidores mataba a sangre fría, más decidida me volvía hacia mi propósito. Al poco tiempo, conocí a Greg Milner, un amigo de mi hermano que era cabecilla en la Hermandad; además de apuesto. Con recién cumplidos los diecinueve, nos casamos y yo me quedé embarazada- se sentó sobre la mesita del té y agachó la cabeza-. Poco antes de nuestro primer aniversario, ya éramos padres de Lucy, una agraciada niña que había heredado los ojos celestes y el pelo cobrizo de su padre. En ese entonces conocí a Elsie, la nonagésimo octava Hija; la cual estaba bastante desgastada para sus escasos veinticinco años. Aunque claro, ya se sabe que eso es lo que ocurre cuando manteníamos separados a ambos Hijos. Estuvimos varios meses sirviéndonos de ella, a base de drenar su sangre. No creáis que les hicimos daño, oh, no; ese no era nuestro estilo. Éramos unos cobardes todos. Fue entonces cuando Greg y yo comprobamos que, en efecto, la sangre de un Hijo infeliz sólo nos aumentaba los años de vida; no nos hacía inmortales. Así que la reunimos con Matt, su compañero, y el plan abocó en fracaso. No nos quedó otra que soportarlo, porque sabíamos que les quedaba poco tiempo, además de que Warwick estaba maquinando una nueva estrategia. Al poco tiempo, Elsie y Matt murieron, ya que habían nacido sus sucesores, a los que llamarían Gill y Cedric. El plan consistiría en lograr que los llevaran cuando crecieran al internado que pertenecía a los Whitehead, es decir, a la familia de Aurora, ¿la conocéis, no?
 Ninguno de los dos daba crédito a lo que oía. Kath estaba a punto de gritar de frustración, y Jay soportaba como podía su deseo de estrangular a todas aquellas bestias, incluida la mujer que les hablaba.
 -Por allá por el setenta y nueve nació mi segunda hija, Daniella, y al poco yo me divorcié de Greg. Tan sólo tres años después, cuando Gill y Cedric tenían dieciséis, nuestro plan estaba meticulosamente urdido; y sólo necesitamos engatusarlos con el mismo caramelo que os han vendido a vosotros: les concederíamos una beca hasta que marcharan a la Universidad, y así tendríamos la oportunidad de estudiar sus "poderes especiales", los cuales creíamos que se debían a una forma de canalizar toda la inteligencia que no podían desarrollar en el ámbito escolar. Puras patrañas. Claro, que no podían tocarse- todo sonaba demasiado familiar. Así que, tanto tiempo temiendo lo que sucedía si se tocaban y había sido toda una farsa. Gaelle prosiguió-: Yo era jefa de estudios, y mi hermano, director, y los controlábamos bastante. Regularmente, acudían los Greyback, Loick y Rupert, y Aurora, nuestros nuevos iniciados. Especialmente necesitamos de sus refuerzos cuando Gill y Cedric se tocaron por accidente. De nuevo, habíamos cometido el mismo error. Así es que volvimos a optar por encerrarlos en el desván, el cual conduce a nuestra sala de reuniones, y les sacábamos sangre cada día. Cedric era un chico duro, y nos esquivaba bastante bien. Así es que, sí, los maltratábamos. Los rumores empezaban a circular y eso no era bueno. Pero ahí seguía yo, masacrándolos. Todo cambió aquel día: mi hija mayor, Lucy, estaba en el mismo curso que Gill y Cedric y, para mi desgracia, se había convertido en la mejor amiga de la chica. Cuando por fin descubrió nuestras intenciones con ellos, estalló con ira. "Madre, ¿qué estás haciendo? ¿Qué eres, una persona o un monstruo? ¿Para qué necesitas la inmortalidad si es a costa de otra vida humana? ¡Son sólo adolescentes!", clamó, "Piensa que cuando hieres a Gill, es como si me estuvieras hiriendo a mí". Y, esa tarde, cuando fui a drenar la sangre de Gill y el valiente Cedric se interpuso, clamando que lo asesinara a él a cambio de la vida de la chica, lo entendí. La Hermandad era mi droga; me resultaba imposible concebir la vida sin la meta de la inmortalidad. Pero, ¿para qué necesitaba una vida eterna a costa de todo el sufrimiento que había originado? Tendría las manos manchadas de sangre viviera o no para siempre. Gill y Cedric serían unos chicos particulares, pero, a fin de cuentas, chicos. No estaba en mis derechos golpearlos hasta romperlos como si de piedras inertes se tratara. Mi hija estaba en lo cierto.
 -Por eso se compadeció de ellos y decidió ayudarlos- masculló Jay. Les ayudó a escapar a finales de febrero, aprovechando el viaje de estudios al que iba Warwick.
 -En efecto. Lo has recordado, ¿eh?- Gaelle trataba de volverse su cómplice, pero las miradas cargadas de odio de los jóvenes delataban lo difícil que sería- Pasé varias noches en vela preparándolo todo con Lucy: los dejamos escapar por las puertas traseras, y llegaron hasta la cabaña aquella del bosque. Allí pasaron un par de días, antes de volver a huir hacia la estación de tren, tomando partida hacia el lugar de transbordo. Terminaron en Belfast. Allí estaba Ben Walsh- Kath y Jay se retorcieron al oír aquel nombre, sobretodo viendo cómo las lágrimas empezaban a surcar las mejillas de la señora-. Ben era mi amigo irlandés del instituto, quien siempre había estado enamorado de mí. Estuvimos saliendo un tiempo antes de que yo ingresara a la Hermandad, y siempre me instó para lograr que la abandonara. Así que, cuando me decidí a hacerlo, pensé que él era la persona indicada para pedir ayuda. Fue un sol- se sonrió-, les ayudó con el trámite del cambio de identidad. Serían Bessie y Roy, y, al ser mayores de edad, podrían casarse. Yo llegué allí a los pocos de días, con Daniella. También teníamos que huir, o cuando descubrieran mi traición me descuartizarían de la forma en que yo lo había hecho con otras pobres almas. Y así pasé a llamarme Rosalina Witter.
 Una espesa y caliente lágrima le recorrió el rostro en silencio, mientras ella se sorbía los mocos.
 -Al poco Gill y Cedric se marcharon a Edimburgo, y yo me quedé sola con Dani. Mi valiente Luce, como solía llamarla Gill, les ayudó a huir de la cabaña y, después de eso, sólo no supe más de ella. Por ello, tomé a mis protegidos como mis propios hijos, y Ben y yo, después de casarnos por lo civil, los visitábamos con asiduidad. Los problemas reales vinieron en el noventa y seis, cuando, tras la calma, regresó la oscura tormenta que siempre se cernía sobre nosotros: Daniella quería estudiar Filología Inglesa, lo cual no me dejó de otra que regresar a Londres. Los monstruos de la Hermandad la descubrieron un día yendo a clases, y la secuestraron. La violaron y maltrataron. El sin vergüenza de Rupert Greyback, ese político corrupto, la dejó embarazada. Ben, sus amigos y yo, conseguimos finalmente rescatarla, y nos vimos obligados a recorrer todo el país para que Daniella tuviera su bebé sin que los miembros nos persiguieran. Nada salió como pensábamos.
 Gaelle estalló a llorar con fuerza y pesar, un gutural gorgoteo que salía desde lo más profundo de su ser.
 -Rupert nos siguió. Se hizo pasar por doctor y raptó al bebé. Daniella, traumatizada por la noticia, nos abandonó y se fue en busca de su hijo.
 La carpeta de Margaret. Aquella era la mujer de la que guardaba información.
 -Ben siguió conmigo, empecé a pasar más tiempo con Gill y Cedric quienes, misteriosamente, también esperaban una bebé. La iban a llamar Lucy, cuando le dijeron que iba a morir. Pero en realidad, era mentira. El ginecólogo que atendió a Gill no era otro que Greg, mi ex-marido, disfrazado.
 -¿Por qué querría que ellos no tuvieran un bebé? ¿No era más sencillo raptarlos a ellos? Por todo el plan de inmortalidad con el que ustedes andaban metidos...
 Gaelle volvió a llorar, pero esta vez de forma turbia, misteriosa.
 -Ellos ya no les interesaban porque estaban en su fase terminal. La bebé que Gill y Cedric esperaban eras tú, ricura- tomó una mano de Kathleen, e inspiró-: Y tú, Jay, eras el hijo de mi pequeña. Por eso trataron de raptarte, pero Rupert no contó con que sería el primero que te miraría a los ojos, así que apareciste en mitad del campo, y te llevaron a un orfanato. El orfanato McNamee.
 -Nos está mintiendo- le gritó Jay, incrédulo- ¡Cómo va a ser Kath la hija de Gill y Cedric si se supone que seres de nuestras características nacen de la unión de dos personas normales?
 -No lo sé, hijo mío. Pero es así. Prometí a Gill y Cedric que velaría por vosotros. Para mi desgracia, los monstruos estuvieron atentos y me arrebataron a Kathleen de las manos. Tus padres, pequeña, murieron al día siguiente de tu nacimiento. Pero cree, que fuiste lo mejor que les pasó.
 Kath también estaba llorando, un desgarrador lamento que nacía en su corazón y se esparcía por todo su cuerpo, engarrotando sus músculos, sus articulaciones. Podría haber pasado por una piedra, de no ser por el dolor que sentía en el pecho. Sus padres...
 -Y, entonces, ¿cómo nos ha encontrado?- se indignó Jay.
 -Seguí tu pista, e ideé toda esta idea. Me volví a cambiar la identidad a Isabelle Summers, y abrí esta librería. Traté de mandaros mensajes, como el baúl en el desván o el libro en la cabaña. Pero vosotros no lo terminábais de entender.
 -¿Por qué no, simplemente, vino usted y nos contó todo esto?- graznó Kathleen, sorbiéndose los mocos con pesar.
 -Era peligroso- la alertó-. Si me hubieran visto, me habrían matado, y yo debía estar aquí para ayudaros. Abandoné a mi esposo sólo por protegeros.
 -Sí, le habrían hecho lo que le hicieron a Ben, a su amado- le escupió Jay-. Muerto, desfigurado. ¿A usted qué mierda le importa si estábamos en peligro? Lo importante era su seguridad. Tiene razón con lo de que sólo hay que preocuparse por el yo, mí, me, conmigo.
 -Jay- Gaelle lo cogió por el brazo, dolida como nunca antes por la rudeza del chico... Su nieto-. Eres la única familia que me queda. Por favor, sólo... Tú me importas. Mucho; más de lo que me ha importado algo desde que Daniella se marchó. Y yo quiero ayudaros, ¡demonios! Si quiero hacerlo...
  Jay se zafó de su agarre y la miró con desdén.
 -Usted es una actriz pésima. Me avergüenzo de compartir genes con una asesina enferma mental. ¡Déjeme en paz! ¡No quiero volver a verla! ¡Mentirosa! Todos estos años... Yo... Me sentí tan solo y usted mientras tanto...- la impotencia se acumulaba de una forma increíblemente veloz. Tomó una bocanada de aire y salió a correr hacia la calle, las lágrimas picándole con fuerza en las esquinas de sus ojos.
 -Dele tiempo- Kathleen se levantó al sonido de la campanita de la puerta, la cual indicaba la partida de alguien-. Ha pasado de no saber nada sobre su pasado a hallar una mafia tras él y una familia desestructurada, pero existente después de todo.
 Gaelle le acarició la mejilla con ternura.
 -La dulzura y la valentía de tu madre. Por no hablar de su belleza. Mi nieto tiene suerte. 
 Riiiiiiiing, las interrumpió. Kathy hundió la mano en su bolsillo trasero, y tomó su teléfono móvil. ¿El internado la estaba llamando?
 -¿Sí?- inquirió en tono prudente.
 -Kath- la voz de Sissie sonaba ronca, metálica. Era casi un graznido de dolor-. Ha habido un accidente con Abby. Estamos todos aquí. Necesito que vengas- su voz se rompió en un susurro-. Por favor.
 Y la voz se cortó.
 -¿Qué sucede, Kathy?- se interesó Gaelle, al ver su gesto consternado.
 -Mi mejor amiga...- respondió, de forma robótica- Está en el Internado. Temo que le pase algo. Lo siento, Gaelle, debo irme.
 Gaelle agarró su muñeca, de manera suplicante, con los ojos casi negros debido al pánico que la estaba dominando.
 -No lo hagas... Será vuestra perdición.
 Kathleen se volteó y agarró un bolígrafo y un trozo de papel del escritorio de la librera. Garabateó algunos números de forma menuda pero ordenada.
 -Su nombre es Keegan, Keegan Lloyd. Si no regreso esta noche, llámele. Quizás monte una película de drama policial si le cuenta lo que sucede, así que mejor que le pida hablar con Callum o Vanessa.
 Gaelle asintió, y Kathleen se volvió hacia la salida, medio trotando, medio corriendo. Entonces, se paró en seco y regresó a la vera de la mujer. La abrazó.
 -Gracias, Gaelle. Y no piense que es un monstruo. Lo mejor de esta vida es saber rectificar y seguir adelante.
 -Gracias a ti, pequeña. Por ser un regalo del cielo.
 Y, entonces, Kathleen se marchó en busca de Jay.

20 comentarios:

  1. Perfecto. Sencillamente perfecto. A estas horas leyendo. ESTOY SIN PALABRAS. ¿PESADO? ¿COMO SE TE OCURRE? PERO SI ESTA IMAGINACIÓN, ESTE CAPITULO.. INCREÍBLE DE VERDAD. SIGUE ASÍ. ASDFGHJKLÑAWENFOUMHAESUNAMARAVILLAIOMSHFLCZHDNJVLJFDKXV

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    1. ASJHKSDYHIULEJKSHFUWESD…LÑGFHEW He aporreado el teclado, directamente xD ¿A estas horas, leyéndome? :) Muchísimas graciaaaaas, quiero decir, yo esperaba que no gustara... Te puedo asegurar que tu comentario me ha sacado una sonrisa esta mañana :)

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  2. Soy una fanática de Avril Lavigne! Y respecto a la historia me has dejado atónita!!

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    1. Yo también, es una de mis artistas favoritas de estos tiempos; creo que tiene una esencia propia :) ¿Sí? Jo, pues muchas gracias, siempre creí que era mala manteniendo la intriga xD ¡Besos!

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  3. ME EN CAN TA. Es genial, de verdad... No puedes decir lo de pesado!!! :))
    Pd: ¿Me crees si te digo que llevo muchos años escuchando esta canción y sigue emocionándome? Es preciosa y mi favorita. Has acertado de pleno jiji
    Un besito.

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    1. JO, GRACIAS ADHHOFEADOHJEUIJ*-* No sabes lo que me alegra que te haya gustado :)) Te creo, te creo, yo la encuentro preciosa, la verdad! Jiji gracias, la verdad que es una canción que encaja muy bien con la situación ^^ Un besito:D.

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  4. Me encanta Julia!
    El capítulo es precioso y ahora todo queda mucho mas claro
    Un beso

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    1. ¿Sí? Pues muchas gracias Beid; el capítulo está teniendo más éxito del que yo esperaba :') Me alegra, creo que iba siendo hora de aclarar un poco esta extravagante historia... ¡Un beso linda!

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  5. Pesado?? Pero si debes de tener una imaginacion bestialescribes increiblemente bien yo no seria capaz de eacribir algo asi de maravilloso y ...... que no sabes mantener la intriga ??Venga ya si estoy que 'me subo por las paredes' jeje por leer el proximo
    BSS ;)

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    1. Buah, muchísisisisimas gracias, enserio :') Tampoco escribo tan bien, eh... Jijiji intentaré subirlo pronto, el próximo tengo muchas ganas de poder publicarlo :):) ¡Besos!

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  6. Me ha encantado!!Ya tengo claras muchas cosas :D

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    1. Muchas gracias :3 Bueno, iba siendo hora de ello, ¿no crees? :)

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  7. Lloro jope,me encanta :_________________ DEJA DE ESCRIBIR BIEN,BITCH,O COMPARTE O SOMETHING

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    1. A mí me encantan tus comentarios, no me llores :________) ¿QUÉ TENGO QUE COMPARTIR CON LA GENTE QUE ESCRIBE PERFECTO YA? ;)

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  8. me ha encantado toda la explicación, era algo necesaria.. para nada pesado.. la verdad es que me da pena lo que tuvieron que pasar, ser unos cobayas, para poder propocionarles sangre..

    ..espero que jay y kath acaben con ellos!!! y a ver que le ha pasado a su amiga!!! La verdad es que es un poco triste que en cuanto tengan un hijo o hija mueren.. me da pena que no puedan disfrutar de ellos, verles crecer..

    sigue así! =) y no te infravalores!! =)

    un besoo

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    1. Pues gracias, la verdad es que sí, que ya convenía aclararlo todo un poco... :) Me alegra saber que te haya gustado! :) A ver qué pasa con Kath y Jay, a ver :) Sí, lo cierto es que es una pena... Pero así es su naturaleza... :) Gracias, trataré de no hacerlo :D
      ¡Un besoooo!

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  9. ¿Sabes que es lo que aún no entiendo? Como leches no me has avisadooo. Esta te la guardo (aunque claro que compensa la clasecita que te di de educación física del martes). Bueno resumiendo que me avises la próxima vez. Y ahora mi opinión:
    Ejem.... IMPRESIONANTE MUY BUENO lo has desvelado de la mejor forma y aun sabiendolo ya me ha gustado muy muy mucho. Y te voy a decir algo que se que te gusta sobre este cap lo más general:
    ADIGVBAVFKSWRGYSFVKABPÑRIÑAFUDHVGBAKRYVGBALDFYVGBALABVYIA
    pues eso es todo.

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    1. Mi goooooooord, quería que fuera una sorpresita esta vez... Te lo iba a decir hoy en clase, pero claro está, que si no he ido ha sido un poco difícil (lo de la telepatía no funciona, ¿verdad?) ¡Eso digo yo! Te lo mereces por haberme cogido las dos veces, TRAIDORA-.- Nah, es broma. ¿Te ha gustado cielo? Jiji, he intentado explicarlo todo de forma lenta, para que todo quedara aclarado. DAFHJKONISEDJFKSFHKHJKDL, ERES LA MEJOR <333

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  10. ASDFGHJKLÑ
    ¿¡KATHLEEN HIJA DE GILL Y CEDRIC, Y JAY NIETO DE GAELLE MILNER!?
    Y las llamaditas desde el Internado...nosé, nosé...tiene pinta de ser una trampa, aunque si es una trampa no entiendo muy bien que pinta Sissie de por medio...
    En serio Julia, un capítulo maravilloso, incluso me atrevería ha decir que de los mejores.
    ¡¡BESOS!!

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    1. ¡SORPRESA! JAJAJAJA bueno, era uno de los "secretos" (si se les puede llamar así, por mi mala capacidad para esconderlos) que tenían que averiguar; pero no es el último. Todavía quedan, creo recordar, dos más.
      Ya lo veréis en el siguiente jiji :) Muchísimas gracias Helena, me alegra tantísimo que te haya gustado... ¿Uno de los mejores? Bueno, a ver cómo están los siguientes, los cuales tengo muchísimas más ganas de escribirlos y publicarlos.
      ¡MUCHOS BESOS GUAPA!

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