domingo, 1 de septiembre de 2013

Capítulo 23: Asimetría (Pt. 1).



¡Hola! Creo que he publicado relativamente pronto, ¿no? Me estoy poniendo las pilas en compensación a este verano de viva la vida que me he pegado... (Bien pensado, no es que sea mi obligación, pero me gusta dedicarme a esto:3). Lo de siempre, espero que os guste, que lo disfrutéis y que me comentéis vuestra opinión, ya sea positiva o negativa. (Quería decir que ha sido un capítulo que me ha resultado emotivo de escribir; me ha obligado a meterme en la piel de un padre, así que lo que vais a leer a continuación se lo dedico a mis padres. Os quiero, papás). ¡Gracias por todo, pequeñuelos míos!
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  -Warwick.- Escupió Jay, al ver delante suya al principal cabecilla de toda la trama, al hombre de los ojos inquietantes, al hermano de... A su tío abuelo.

  Warwick lucía una sonrisa ladeada, cínica, la cual abría todas y cada una de las arrugas de su rostro, confiriéndole aspecto de pasa rancia. Se acercó más a ambos, con paso lento, saboreando el sonido de sus mocasines sobre la descascarillada madera. Llevaba las manos tras la espalda, entrelazadas a modo de villano de película barato.

  -¿No crees que deberías alegrar un poco esa cara? Os estoy haciendo un favor.

  -Já. Ni siquiera sabes lo que significa esa palabra.- Le recriminó, enfrentando su mirada. Los ojos grisáceos del señor Plassmeyer le sonreían de un modo inquietante; a lo que él le respondía con unos ojos cargados de rencor y resentimiento.- ¿Sabes? Siempre lo supe. Desde el mismo instante en que me invitaste con una muy lograda amabilidad a no relacionarme con la señorita Gray; desde entonces soy consciente de que tú planeabas algo en nuestra contra.

  -Creo que lo exageras todo un poco.- Comentó, mirándose el brillante anillo de oro macizo que llevaba alrededor de su dedo anular.- Mis instrucciones eran por facilitaros las cosas: nunca os íbamos a dejar estar juntos, era mejor que os ignorárais. Pero parece ser que no sabéis seguir unas simples pautas. He aquí las consecuencias.

  -¿Cómo siquiera sabes que Kathleen y yo nos hemos tocado?

  Warwick se agachó y quedó de cuclillas con el rostro a unos centímetros del de Jay. Le susurró, en un tono mortíferamente bajo:

  -No hay que ser muy listo, querido Dennison: ahora mismo estáis con las caderas pegadas.- El aliento le apestaba a café y puros.- Pero de todas formas, allí,- Dijo señalando la estantería al lado del espejo-puerta- se esconde nuestro cuartelillo general, diríamos. Mi queridísima sobrina os pilló in fraganti cuando estábais dándoos el lote.

  Tomó la mano de Kathleen, que se hallaba con la mirada perdida en algún punto recóndito de la sala.

  -Mi linda señorita, ¿querría que empezáramos las extracciones de sangre con usted?- Acarició su sedosa mejilla, pasó sus rugosos dedos a través de los cabellos de Kathleen, enredando los dorados mechones por sus anillos.- Eso de ignorarme no hará que no la atrape. Es lista, como su madre. Tiene la misma cara de muñeca de porcelana, y la voy a subir a mi estante.- Su mirada se volvía sórdida y turbulenta, como el agua sucia del alcantarillado.

  El golpe vino sin que él se los esperara. El puño de Jay encontró su desahogo contra la nariz del pérfido director, que cayó sentado y pasándose las manos por la nariz. La rancia sangre le emanaba y descendía a través del rostro.

  -Apártate de ella, viejo verde.- imperó.

  -Mi querido Jay.- siseó el director, acercándose de nuevo hacia él. Su voz ronca se había aclarado debido a sus dedos apretando el puente de su nariz, en un nulo intento por cortar su hemorragia.- Creo que no te han enseñado modales, ¿eh? ¿No te parece que un puñetazo no es la forma más adecuada de recibir a tu tío abuelo?

  Jay tragó saliva, atemorizado por la fiera expresión de su tío. De vez en cuando tenía un pronto de fiereza; la valentía y la hombría se le elevaban hasta límites insospechados. Sin embargo, mirar a ese hombre que compartía sangre con él lo transformaba en un cachorro indefenso tirado en mitad de un campo lleno de perros salvajes.

  Entretanto, Kathleen continuaba con la mirada perdida en alguna parte: el recuerdo de esta ocasión era diferente a todos los anteriores.  No sólo estaba viendo a su antecesores y padres, sino que, además, podía... Oír los pensamientos de Cedric. Escalofriante.

  La vida es curiosa. Quiero decir, pasamos años y años viviendo, o más bien, "existiendo"; sin sentir un mínimo de emoción. Entonces, de repente, ocurre un suceso que rompe todos tus esquemas. Un cambio que te trastoca, te transforma, te obliga a madurar y hace que la emoción no vivida en todos esos años anteriores se concentre en un mismo y, aparentemente, eterno instante.

  No es que ese fuera mi caso, dado que desde que vi a Gill entrar por la puerta la primera vez, con el pelo recogido en una alta coleta de caballo y escondiendo sus manos dentro de las mangas de un ancho jersey verde manzana; mi vida comenzó a ser una espiral continua de emociones extremas: amor, odio, desconfianza, ambición, miedo, desolación, felicidad. Sin embargo, ahora, al verla tendida en este camastro de sábanas con olor a desinfectante, entiendo algo: todos y cada uno de los años que vivimos tienen su cometido. Puede ser que te pases décadas siguiendo un monótona rutina, o puede que cada día sea una ciega aventura; pero lo que es seguro es que todos tus actos terminan llevándote a un momento cumbre de éxtasis en el que comprendes que todo el sufrimiento mereció la pena.

  La habitación de hospital tiene un aire sobrecogedor, provocado en parte por la neblina rosácea que se genera gracias a las proyecciones de la luz exterior al pasar por la pequeña ventana. Mi corazón palpita con fuerza, desbocado, sintiendo la alegría y el nerviosismo circular a través de cada uno de mis vasos sanguíneos. Paso mis manos a través de mis desaliñados cabellos, y vuelvo a mirar a Gill: duerme plácidamente, descansando tras un parto algo complicado. Yo la oí chillar, suplicar, respirar entrecortadamente; y temí que no pudiera soportarlo. Pero lo ha hecho.

  Justo en este momento se abre la puerta, y entra Gaelle enfundada en su abrigo verde botella, acompañada de la enfermera que trae la cuna portátil con la bebé. Como si las hubiera oído, Gill despierta, luciendo una inmensa sonrisa en su rostro.

  La enfermera toma a la pequeña criatura rosácea, que duerme también plácidamente, y la deja descansar en los brazos de su madre. La han lavado, y ahora es la cosa más bonita del mundo. No puedo evitar la cortina de lágrimas que empaña mi visión. Me acerco más a la cama.

  -Cedric.- Me dice Gill. Irradia felicidad y paz, sosteniendo a la bebé como si fuera lo que lleva haciendo toda su vida.- Mírala. Es... Nuestra niña.

  La pequeña abre los ojos, y suelta un breve sollozo.

  -¿Quién es la niña más bonita del mundo?- le pregunto. Todos reímos.

  Tiene el poco cabello y la pelusa que envuelve su cuerpo tan rubia como el pelo de Gill; además de sus inmensos ojos verdes. Sin embargo, al reírse, aparece en su mejilla la sombra del mismo hoyuelo que me sale a mí.

  -Gaelle, acércate.- La invito, moviendo la mano en gesto afirmativo. La mujer se levanta y se acerca a nuestro lado. Gill me pasa a la niña y la cojo como si fuera el don más preciado del mundo, con sumo cuidado. En realidad, en mi mundo sí que lo es.

  Gaelle la mira, y se vuelve a emocionar.

  -Ha tomado lo mejor de ambos. Es tan hermosa, e inocente...

  -Kathleen.- Digo, de repente.

  -¿Qué dices cariño?- se extraña Gill. Me río al observar la extraña expresión que se le forma al elevar las cejas.

  -Tú querías llamar Catherine a la niña, bueno, pues sugiero Kathleen. Es otra variante.

  -¿Y qué te ha hecho cambiar de idea?

 Pura, casta, joven, inocente, inmaculada. Ese es el significado del nombre "Katherine", o "Kathleen"; y esas son las palabras que se me han venido a la cabeza para describir a mi hija, al verla envuelta entre mis brazos, esperando que yo la proteja de todo lo que le venga. Desgraciadamente, no podrá ser así; no podré ayudarle a abandonar su etapa de joven inocente. Pero sé que ella sola lo logrará.

  A Gaelle, en vez de contarle todo esto, solo le hago un gesto similar a encogerme de hombros. Las palabras no me llegan a los labios; aunque prefiero, de todas formas, mantener este secreto conmigo. 

  Gill se sorbe los mocos, me mira orgullosa, y comenta:

  -Creo que merece que su segundo nombre sea Lucy. Así tendrá un lazo con nosotros y otro con Gaelle, que va a ser su "madre no biológica". 

  Asiento.

  -Bienvenida al mundo, Kathleen Lucy Mitchell Freeman.- Le beso la coronilla y rompo a llorar.

  Le paso a Gill la niña, y ella la toma entre sus brazos, la abraza con fuerza y la besa. Se la da a Gaelle. Ella también llora.

  Beso a Gill en los labios, y ambos abrazamos a Gaelle.

  -Sabemos que la vas a cuidar bien, confiamos en ti. Os queremos a las dos.

  Gaelle se remanga las lágrimas, pensando que, momentos después, deberá fingir un ataque de pánico porque se supone que hemos huido mientras ella no estaba en la habitación.

  Toda mi vida, el camino pedregoso a caminar, la montaña a escalar... Tenía esta finalidad: traer a la pequeña Kathleen al mundo. No significa que no haya tenido otras funciones, ni haya hecho otras cosas; es solo que ella ha sido lo mejor que yo pude hacer alguna vez. Se revuelve entre los brazos de Gaellle, y me gustaría poder aconsejarle que sea cauta, advertirle que va a sufrir; pero que todo tiene su recompensa al final del camino... Por mala suerte, por mucho que le gritara, ella no me entendería. Mas yo sé que lo hará algún día.

  Permanezco abrazado a Gill, esperando el momento. Es gracioso cómo una habitación tan pequeña está tan llena de vida y muerte a la vez. Tal vez sea porque ambas van de la mano, para recordarte que una es el premio a su propio castigo. Paradójico todo, ¿no? Mi vida ha sido corta pero intensa, llena de grandes momentos; aún así, no le temo a la muerte, o eso creo. Tan solo me invade una ciega curiosidad por saber qué habrá al otro lado, qué será lo que vea.

  Ha llegado mi momento, les susurro a las tres mujeres que me rodean que las quiero y, entonces, una brillante luz se cierne sobre mí. Estoy preparado. Es mi último suspiro, y lo dedico a mi hija.

  Cuídate, pequeña. Por ti merecen la pena este sacrificio y todos los que hagan falta.







10 comentarios:

  1. awwwww que capitulo mas mono! Te felicito Julia has mejorado muchísimo, el capitulo a sido muy tierno y me a encantado, espero el siguiente, un beso.
    Saludos!

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  2. Dios mío que preciosidad de capítulo. Se me ha puesto la carne de gallina de verdad. Me ha parecido muy bonito y a la vez una verdad tan cierta, espero el siguiente.

    Un beso

    PD: Tienes un premio en mi blog, pásate a verlo
    http://ladyartista.blogspot.com.es/2013/09/premios-magical-wishes.html

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  3. Oh, que capítulo tan tierno y precioso :)) Increíble lo bien que está escrito... Me ha encantado. Todo super detallado y lleno de emociones (Buenas). Y que monadaa de niña (Yo me la imagino)JAJAJA

    Un besito, linda.

    Jane http://mividadespuesdelacantilado.blogspot.com.es/

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  4. ¡Hola Julia!Como siempre te digo, merece la pena la espera, cada capítulo me gusta más y este ha sido super tierno, me encanta.
    Enhorabuena por tu trabajo.
    Besos^^

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  5. Es un capitulo precioso Julia, me ha encantado. Me imagino a la bebé y me da ternura. Espero que Jay y Kathleen puedan escapar.
    Muchos besos

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  6. Bonjour Julia ((:
    Ha sido tan emotivo!! Es una forma hermosa para describir el punto de vista de un padre que sabe que el momento mas feliz de su vida es tambien el ultimo,amo saber que el no le guarda rencor a su bebe sino que la trata con tanto amor y ternura,el modo en que la ve como si su ultimo proposito se hubiera cumplido,el porqué de su nombre,sus ultimas pero hermosas palabras hacia Katlheen y el hecho de que no le tiene miedo a la muerte por lo
    que se puede ir en paz... Santa Mierda Julia realmente estoy llorando mientras escribos esto con el telefono!!!!
    Sabes voy a echar tanto de menos el blog , quiero decir a ver estuve ahi desde el principio,viendo evolucionar la historia etc. Tendrias que hacer un pdf!!!! Te echare tanto de menos Jay!!!! No puedes dejar de escribir Julia!!!
    Ame el capitulo.Askbdbsbs.Sube pronto.Te quiero.Un beso. Y que la suerte este siempre de tu parte querida Julia ((:
    Bss
    PD
    TE SIGO
    Att
    Valentina

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  7. Tienes una nominación en mi blog ¡Pásate cielo! ;3
    http://ladyartista.blogspot.com.es/

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  8. Hola Cariño!
    También te he nominado a un premio en mi blog, un besooo.
    http://amoresenpaginas.blogspot.com/
    Saludos!

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  9. Ooooh me encanta, Cedric es amor *-* y con Katleen aun más *-* *-* Ha sido precioso leer sus pensamientos, me ha encantado el recuerdo y bueno creo que ya he acabado de ponerme al dia, ¿no? Pues eso que me ha encantado tu historia y estaré pendiente del siguiente porque esta historia es preciosa *-*

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  10. Awww!! que preciosidad de capítulo, me ha encantado!! <3 Me ha gustado mucho sus pensamientos.. Yo todavía ando buscando que es lo mejor que puedo dar en esta vida.. pero todavía no hay respuesta..
    sigo leyendo..
    un besooo

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